miércoles, 26 de octubre de 2016

ENTRE EL CASTIGO Y LA AGRESISVIDAD

¿QUÉ ES EL MALTRATO INFANTIL?

La ley considera niño a todo menor de 18 años, cuando este es maltratado o abusado, cuando su salud física o mental o su seguridad están en peligro, ya sea por acciones u omisiones llevadas a cabo por la madre o el padre u otras personas responsables de sus cuidados, se produce maltrato por acción, omisión o negligencia. Se trata de un problema social, con bases culturales y psicológicas, se produce en cualquier nivel económico o cultural. Viola los derechos fundamentales de los menores, implicando lo anterior que debe hacerse lo posible par detenerlo.
La crueldad hacia los niños puede ser dividida en cuatro categorías:
1. - Conceptos exagerados de disciplina aplicados por sujetos profundamente inadecuados e irresponsables.
2. - Actos de violencia o negligencia cometidos por padres o adultos ejerciendo rígidas interpretaciones de la autoridad,       de normas y reglas de conducta.
3. - Patológica cuyos orígenes se consideran psicopatológicos y difíciles de identificar y tratar.
4. - La crueldad más intangible de todas, la crueldad oficial o la organizada, aquella que se comete por ignorancia, por      insensibilidad o por omisión en la forma de falta de legislación o de cumplimiento de la misma que proteja                          adecuadamente al menor. 



ENTRE  EL CASTIGO Y LA AGRESIVIDAD 
Resultado de imagen para castigo y agresividadEl castigo como instrumento de corrección y estrategia de formación moral, aparece como la primera y más persistente justificación del daño que padres y  madres maltratadores causan a sus hijos. La repetición de los actos de crueldad y de dureza se presentan como acto de corrección. 
Frente al agresor y al agredido el concepto de castigo opera como excusa. Algunos agresores niegan  la frecuencia, la intensidad y la desproporción del daño denunciado, mostrando en ese ocultamiento que entienden la arbitrariedad y el exceso al que recurren. En otros casos los maltratadores defienden el exceso y su repetición, por el beneficio que el abuso genera para modificar las conductas que según ellos ofenden. En general, la justificación de los padres, busca mostrar el abuso como pedagogía que se utiliza por el bien del menor y que, mostrado con objetivos educativos y de ideales sociales, normaliza el daño físico o psicológico producido. 
Se encuentra que estos padres no quieren encontrar formas diferentes al castigo corporal y al maltrato psicológico. Evitan asistir a consulta para hablar de lo que sucede en su relación con sus hijos. Sólo la obligación legal aplicada por las instituciones logra que en algunos casos estos asistan a tratamiento.
Escudándose en el deber de corregir a sus hijos,  los padres ejercen una coacción que presentan como necesaria, es al interior de la familia que se presentan los mayores abusos en la aplicación de la ley.(3)







No hay comentarios.:

Publicar un comentario