miércoles, 26 de octubre de 2016

El maltrato institucional
Resultado de imagen para maltrato institucionalSe entiende por maltrato institucional a cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual de los profesionales que comporte abuso, negligencia,detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico,la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño y/o la infancia. (Martínez Roig, 1989) Al hablar del maltrato institucional, nos referimos a las inadecuadas o insuficientes prácticas llevadas a cabo por los siguientes sectores: ámbito sanitario, justicia, educación, servicios sociales, asociaciones para la prevención del maltrato infantil y ONG. Incluye tanto las formas más conocidas de malos tratos llevadas a cabo extra-familiarmente -físico, negligencia,emocional, sexual- como de los programas -educación, salud, nutrición- y de los sistemas políticos, públicos y/o sociales inadecuados. 
El abuso infantil se puede detectar de diversas formas especialmente cuando los encargados legales del menor dejan de tomar responsabilidades sobre el mismo. Según este artículo, ha habido casos severos donde menores de 10 años tienden a cocinar ellos mismos porque los padres no han podido traer comida a la casa e incluso han ocurrido situaciones donde el menor permanecen más de 24 horas sin comer. Según esta revista, existen varios tipos de maltrato infantiles tales como, el abuso sexual (donde hay un contacto directo entre el agresor y la víctima), maltrato físico (donde ocurren lesiones y agresiones físicas en contra la víctima, no necesariamente hay abuso sexual), negligencia infantil (donde los padres o encargados legales descartan responsabilidades sobre el niño y al mismo lo abandonan) y el maltrato emocional (donde el agresor cosecha el miedo y la angustia sobre la víctima).
Un ejemplo de discriminación contra personas con discapacidad fue  un centro asemejado a un campo de concentración donde niños con discapacidad considerados como "irrecuperables" (en rumano: irecuperabili) murieron por el abandono al que eran sometidos.
Impacto
Las situaciones de maltrato lo que revelan es una grave disfunción relacional que por lo tanto afectará al normal desenvolvimiento del cumplimiento de tareas del menor. Este fracaso en la ejecución de las metas del menor sería, en sentido amplio, el impacto del maltrato y es lo que se viene a significar cuando en las definiciones de maltrato se señala que éste amenaza el desarrollo de la competencia del niño o el desarrollo físico, psicológico y emocional considerado como normal para el niño.
El impacto del maltrato o abuso, al ser un fenómeno contextualizado, puede verse amortiguado, según múltiples variables: no sólo las más obvias, relacionadas con el tipo, duración o intensidad del maltrato, sino también con las características de la víctima, los recursos y apoyos que tenga, y las propias situaciones de su evolución vital. Según el artículo (2003). "Basta de indiferencia: maltrato infantil", el abuso infantil es un conflicto del cual, hay muchas polémicas con respecto al niño; ya que el mismo puede tener muchos problemas durante su desarrollo personal.
Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de estas secuelas depende de:
·         Intensidad y frecuencia del maltrato.
·         Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales, etc).
·         El uso o no de la violencia física.
·         Relación del niño con el agresor.
·         Apoyo intra-familiar a la víctima infantil.
·         Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal.
Más allá de las consecuencias en el plano meramente psicológico, una investigación norteamericana ha apuntado que el castigo físico puede provocar alteraciones a nivel cerebral. Según este estudio, cuando los niños están sometidos a la violencia más allá de los cinco años de vida, tienen un Coeficiente Intelectual más bajo que sus coetáneos, lo cual se debe a una disminución de la materia gris en las zonas del área prefontal del cerebro.
Diversos estudios señalan además que el maltrato continúa de una generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa adulta.


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